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CGT tiene nuevas autoridades
Con las elecciones en la CGT se eligieron los integrantes del nuevo triunvirato.
Jorge Sola (seguros), Cristian Jerónimo (vidrios) y Octavio Argüello (camioneros) representan distintos sectores de la CGT y hablan de un nuevo equilibrio dentro de la central. Cada uno tiene historias distintas dentro del sindicalismo.
Tras largas negociaciones, la CGT volvió a elegir un triunvirato para conducir su destino hasta 2029: Jorge Sola (seguros), Cristian Jerónimo (vidrios) y Octavio Argüello (camioneros). Cada uno representa un sector y tendrán como desafío mantener la unidad en un contexto difícil, con la reforma laboral a punto de tratarse en el Congreso.
Jorge Sola era el candidato más firme para quedar en el triunvirato. El líder de Seguros era impulsado por “los gordos”, los gremios de servicio y comercio que tienen entre sus líderes a Héctor Daer (sanidad) y Armando Cavalieri (comercio), uno de los sectores mayoritarios de la CGT. Pero esa no era su única fortaleza.
Hasta este miércoles, Sola era el secretario de Comunicación de la CGT. Llegó a ese lugar por su capacidad de diálogo. Sus críticos lo tildan de moderado. Él reivindica la necesidad de sentarse en la mesa con empresarios y el gobierno de turno, incluso con Javier Milei.
“Creer que nosotros (la CGT) somos oposición política, es equivocarse. Nosotros representamos intereses, que son los de los trabajadores y que el Estado, inteligente y eficazmente, puede ayudarnos a resolverlos. Si no tenemos esa mesa, vamos a ir a la calle”, afirmó en una entrevista hace unos meses.
Esta capacidad de diálogo le permitió al líder de Seguros ganarse el respeto de muchos sectores. Desde que empezó a sonar, ningún sector lo cuestionó. Incluso, durante el Congreso circuló por los teléfonos una versión de que iba a quedar como único secretario general.
Quizás este carácter lo moldeó en sus tres décadas de militancia. Oriundo de Venado Tuerto, Santa Fe, hizo sus primeros pasos en la escuela secundaria y luego en el peronismo. Fue en los 90 donde encontró su lugar en el mundo. Ingresó a una empresa de Seguros y al poco tiempo fue elegido delegado con el tiempo fue subiendo en la estructura y este año logró la reelección como secretario general (se presentó con lista única) con más del 97% de los votos.
En la CGT ingresó en los 2000, cuando Hugo Moyano era el único secretario general en los tiempos de Néstor Kirchner presidente. Hoy le toca, quizás, el momento más adverso de la central desde el retorno de la democracia.
Octavio Argüello es el único integrante del triunvirato saliente que logró mantenerse en el cargo. Hace unos meses ni siquiera sonaba, pero la presión que ejerció el líder camionero Hugo Moyano lo consiguió. En sus inicios fue recolector de residuos y con el tiempo se convirtió en hombre de confianza de Moyano. “Se hizo de abajo. Sabe lo que es pelearla”, decía el líder camionero para ponderar a su candidato.
A diferencia de Sola y Jerónimo, Argüello representa a un gremio importante, con capacidad de movilización y acción directa. “Es una señal para el Gobierno”, decían algunos dirigentes que votaron en el Congreso de la CGT.
“Como siempre voy a estar en el lugar que haya que estar para defender a los derechos y la dignidad de todos ustedes”, prometió Argüello al comienzo del Congreso. Ahora tiene la oportunidad de demostrarlo por cuatro años más. “En la cancha se ven los pingos”, pusieron reparos algunos dirigentes críticos de la CGT que estuvieron en el Congreso.
El tercer secretario general es Cristian Jerónimo. Con 41 años es uno de los más jóvenes de la historia de la central. Un tiempo atrás estuvo muy cercano del moyanismo, pero su llegada al triunvirato estuvo apalancada "independientes", especialmente Gerardo Martínez (UOCRA). Él no quiere colgarse ese cartel, y se presenta como un dirigente con peso propio. Cerca suyo exhiben el apoyo de cerca de 40 gremios (entre ellos, aeronavegantes, canillitas y gráficos).
En su presentación como cosecretario general se plantó firme contra la reforma laboral y el gobierno nacional, quizás el discurso más duro del día. "El proceso que viene para la Argentina es un proceso difícil, el endeudamiento que lo están haciendo es cruel, digo, y tengamos muy claro, digo, generemos mucha conciencia y hagamos mucha docencia sobre nuestros trabajadores, sobre nuestros representados", dijo en el atril de Obras.
Quedó una duda flotando en el aire en la construcción de Jerónimo. Algunos de los sindicatos que llegaron a Obras llevando al líder como bandera para la renovación de la central salieron mascando bronca y desilusión. Esperaban tener mayor representación dentro de las segundas líneas del Consejo Directivo y muchos terminaron en lugares menores, como es el caso de Omar Plaini (canillitas), hoy vocal. Algunos, incluso, amenazan con no asumir. Un problema más para un joven dirigente que, sabe, le esperan cuatro años agitados.



